Una moneda y una puerta
Una moneda y una puerta para llegar a ti.
Sé que nadie lo comprenderá,
pero tú sí que lo harás;
en un noviembre por la mañana...
Me harás de comer
junto con un café.
Jugaremos ajedrez,
noviembre por la tarde.
Hablaremos como un par de enamorados,
y así es como con amor nos abrazamos,
llevo vagando en este recuerdo
una y otra vez,
no sé a dónde ir
pues todo me remite a ti.
Hay varias palabras en estás palabras, algunas cubiertas de polvo, de amores bandidos, de amargos grises, palabras que son agua. Cómo si esto fuera una ola del mar, un movimiento hídrico y sinfónico errante, que no termina nunca.
ResponderEliminarAsí como las olas son las palabras que te escribo.